Durante mucho tiempo la educación se ha centrado en transmitir conocimientos y desarrollar las habilidades cognitivas olvidándose de la esfera emocional. Sin embargo, en las últimas décadas la educación emocional ha
cobrado protagonismo. La propia UNESCO promueve una educación enfocada en el aprender a ser y aprender a vivir, dos conceptos vinculados al área afectiva.
La educación emocional es un proceso pedagógico dirigido a potenciar la esfera afectiva como complemento de las habilidades cognitivas para facilitar el desarrollo integral de la personalidad. Fomenta el conocimiento y la gestión emocional para que la persona pueda afrontar de manera asertiva los retos de la vida cotidiana y mejore su bienestar.