Con la instalación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) en nuestras vidas, se ha incrementado el acceso de las personas a una oferta laboral mucho más amplia, posibilitando contactarse con empleadores de distintos lugares del país. Sin embargo, al mismo tiempo han aparecido personas que, utilizando este tipo de herramientas digitales, inducen al engaño para cometer delitos como estafas, abusos sexuales e incluso situaciones más complejas como la de trata de personas.
Estos estafadores suelen ser personas muy persuasivas que se aprovechan de la situación de debilidad de otros y otras, más aún de personas que están en búsqueda de trabajo y que por ello se encuentran hipervulnerados. Esto es, personas que presentan graves dificultades en el acceso a derechos económicos, sociales y culturales; experimentan situaciones de desigualdades de género; vivencian situaciones de xenofobia, racismo o discriminación hacia la diversidad sexual; sufren discriminación por su condición de migrante; habitan zonas cuyo contexto económico es de alta fragilidad y precariedad.
Las falsas ofertas de trabajo se utilizan para obtener dinero, información personal o financiera y, en el peor de los casos, para captar personas con intención de explotarlas laboral o sexualmente.
En este sentido, el Reporte de denuncias por ofertas laborales engañosas y posibles captaciones, elaborado por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) pone en relieve un conjunto de casos en los que se denuncia la existencia de ofertas laborales engañosas, dudosas, y/o con fines expresamente ilícitos; en los que la gran mayoría de las potenciales víctimas resultan ser mujeres.